EL TIEMPO EN LA BOTELLA, conversaciones
Siempre les he comentado, detrás de toda botella hay una buena conversación. En la literatura mundial, sobre todo la latinoamericana se han escrito miles de libros acerca del tema, y puedo seguir con la música, poesía….y llegar a los petroglifos.
Hace un par de días, me reuní con un amigo en un ajetreado bar de Santiago. La verdad, con Andrés, éramos compañeros de colegio. Yo sabía de su existencia, pero escasamente nos cruzábamos en los pasillos. Si la vida, nos hubiese explicado que tendríamos tantas cosas en común, quizás esta amistad habría comenzado años antes. Pero todo se da, cuando tiene que ser.
Ambos salimos del colegio, nos graduamos de la Universidad, hicimos estudios fuera de Chile, y entramos a la industria del vino, donde estuvimos al mismo tiempo por 20 años, y tampoco nos vimos.
Un día vi su nombre, en la lista de pacientes de una señora que compone la espalda, muy buena. Ambos le decimos “LA BRUJA”, ya que es medio esotérica. Vi su nombre en el listado de pacientes, y pregunté por él, -“se acaba de ir”- me dijo la Bruja. Ya habían pasado casi 30 años. Los dolores de espalda, y emocionales, son bastante comunes, para los que llevamos tiempo, en la industria del vino. Las horas de avión, traqueteo, los tiempos fuera de casa, dejan fisuras; muchas veces irreparables. Por lo que no era raro, que ambos fuéramos a componer, alguna dolencia donde la Bruja.
En la fiesta de los 30años del colegio, nos volvimos a ver, conversamos, bailamos. Fue como que nos identificamos, y de ahí comenzó una tímida relación a nivel “conocidos”. Incluso en alguna oportunidad, almorzamos un par de veces y fortalecimos lazos.
Cuando comencé a trabajar para la producción del documental The Lost Grape, acerca del redescubrimiento del Carmenere en Chile, tuve que entrevistarlo, y dio una gran entrevista. Se conectó bien con el tema y el proyecto. Y, conversando fuera de cámara, nos dimos cuenta que después de 35 años, teníamos muchas cosas en común.
Hace dos días, cuando nos reunimos, bajamos una maravillosa botella de Taittinger, y la conversa fue de todo. Ambos amamos la música, el, las cuerdas, yo, las teclas. El deporte, tenemos más de uno en común. El matrimonio, los hijos. Hablamos de compañeras y compañeros de la generación, obvio!!!! Esa era la parte entretenida. Y no podíamos terminar sin hablar de la industria del vino.
Una industria acostumbrada a los golpes, si no es el dólar, son las sequías, los terremotos, los campos, las tasas de interés, los directorios, las ventas, los vinos malos, etiquetas feas, periodistas, huelgas en los puertos de salida y llegada, leyes. Pero por sobre todo reglas…tanta regla. Andrés me decía, y coincido. Porque el vino debe partir de los 11,5°?, porque no puedo hacer un vino de 10° o incluso 9°. Se consumiría más vino?, si este tuviera menos alcohol. Les dejo planteada esta pregunta.
Por ejemplo, en Alemania, si, hay vinos de baja graduación alcohólica, si, son un poco dulces, pero eso creo que se puede solucionar de alguna manera. La industria mundial va a tener que romper varias reglas en el futuro, para avanzar.
Finalmente, nuestra velada terminó cuando las últimas gotas de champagne, cayeron en ambas copas. A la salida, nos despedimos con un “veámonos pronto”, eso es “no tengo idea cuando!”…como yo digo, una venta de futuro. Una gran conversa, una gran reunión.
No era tarde, por lo que alcancé a tomar el metro y volver a casa. Me encanta caminar de noche por la Avenida Ricardo Lyon. Y contenta, de que "por culpa del vino", he podido desarrollar esta linda amistad.
Buen fin de semana
Niki
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