ENCONTRÉ MI TESIS DE UNIVERSIDAD EN ESTOS DÍAS DE LLUVIA

 

Evolución de la Industria Vitivinícola en Chile 1956-1996. Ese era el título de mi estudio,  para titularme de Ingeniero Agroindustrial.  La encontré en una caja, en estos días de lluvia. Empastada tapa dura azul letras en bajo relieve doradas.  Algunas conclusiones, fueron valiosas, otras eran voladeros de luces sin destino, pero una está vigente a hoy “producimos demasiado vino, a bajo precio”.  Era de esperarse, ya que mi Profesor guía era mi profesor de Economía.  Una joven casi profesional nerviosa, frente a una comisión convencida del vino, cuando el kiwi y todas las demás frutas en Chile eran un hit en ese momento, presentar una tesis acerca del vino parecía casi quijotesco. “Que se iba a hacer!”, Siempre llevando la contra!. Seguramente hoy la escribiría algo diferente.  Cuento corto me titulé. Luego gané una beca a Francia, y me fui.

En ese momento en Chile, producíamos vinos entre Coquimbo y Biobío.  Y los valles vitivinícolas, eran los definidos por ciertos ríos de  Norte a Sur.  Esto nos permitió etiquetar los vinos con “denominaciones de origen”, en vez de “valle central”, por ejemplo Casablanca.  Eso nos subió el pelo, enormemente.  Nos permitió entrar a la CEE en 1992.  Imaginen teníamos un Sauvignon Blanc de Casablanca, eso era lo más parecido al Loira en Francia. Un avance enorme.

Que pasó después, nos dimos cuenta, que los vinos, no cambiaban tanto de Norte a Sur, sino que la influencia Este a Oeste, es decir,  de los Andes y la del Océano, era más importante.  Por lo tanto aparecieron tres nuevos etiquetados en 2012.  Costa, Entre Cordilleras y Andes.  Entonces podíamos tener un Sauvignon Blanc de Colchagua Costa, o un Cabernet Sauvignon de Maipo Andes, maravilloso, eso ya nos puso a un nivel aún más alto.

Y hoy, que pasa? Producimos vinos desde Atacama hasta Chile Chico, y hemos trepado a la cordillera, teniendo viñedos nevados en invierno, es decir, hay viñedos en casi todo Chile.  Y sé que hay algo pasando en Rapa Nui . Increíble. 

El problema es que aún hay mucho vino económico dando vueltas, y eso no es bueno.  Y no es solo Chile, nosotros estamos entre los 5 productores más importantes de vino en el mundo.  Y este problema lo tienen todos.  Mucho vino, y todos peleando por los mismos espacios en los mismo supermercados y restaurantes, del mundo.

Pruebo casi 5000 vinos cada año, de todo el mundo y créanme, no da para tanto.  Cuál es la solución? Arrancar viñedos, hacer menos vinos, hacer vinos con menos alcohol.  Yo apuesto por una buena calidad, e intentar repetir un buen vino la cosecha siguiente, y ponerle el alma.   Cuando digo esto no me refiero solo a hacer vinos de $20mil para arriba.  Pero si a un precio razonable, menor, pero no tan barato tan poco.  El cálculo es sencillo, por ejemplo compras un vino de $5mil, el impuesto es casi 40%, el margen, el costo seco, logística, marketing, le restas todo, y cuanto queda para el líquido? Nada pues.

En fin, siempre he querido mucho a esta industria, pero hay que meterle más cabeza.  Hoy me da gusto ver proyectos nuevos y buenos, otros les deben dar una vuelta de tuerca.  Hay otros que se duermen, pero de repente despiertan.   Pero ustedes los consumidores, son como el “monstruo de la quinta”, si no está bueno, chao!....eso siempre pasa. Esa ultra fidelidad a las marcas, ya hoy, es muy débil, si no me gustó busco otro.

 

Por eso, como dirían los profe universitarios que les gustan las siglas, yo  apuntaría por las tres C  “calidad, consistencia y corazón”.  Suena difícil pero no imposible, se que lo vamos a lograr. 

Buen fin de semana,

Niki