CARMENERE AL MUNDO 2024...estuve ahí


 

Hace unos días fui invitada, a la 8va versión del  Concurso Carmenere al Mundo.  Es un concurso que me gusta, porque sale bastante de lo típico. 

El lugar en donde se realiza es en el Club de la Unión de Santiago, edificio patrimonial a punto de cumplir sus 100 años.  Llegué muy temprano y fue impresionante recorrerlo entero con las luces apagadas,  y sin su glamour ya iluminado, cuando, por decirlo así, despierta o comienza a funcionar.  Como una gran Diva sin arreglarse. 

Por supuesto que me perdí entre sus pasillos y escaleras, y llegué al ascensor 1,2 y 3, que estaban cerrados con candados, bajé, subí, salón tras salón, encontré un par de pianos, que aproveché de probar, una experiencia.  Y toda esta diversión, terminó, cuando un guardia,  me paró en seco y me dijo, "que hace Ud. acá!".  Ahí se me acabó la fiesta!

Sigamos.  Estos concursos se hacen en todo el mundo. Malbec al Mundo en Argentina, Merlot al Mundo en UK, Syrah al Mundo en Australia, y así.  En Chile, organizado por la ANIAE (Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos y Enólogos) junto a la OIV (Organización Internacional del Vino), con protocolos muy rigurosos de nivel mundial e iguales para todos.  Aquí no hay degustadores como periodistas, ni cronistas, ni "wine lovers".  Se eligieron para la degustación,  35 personalidades, de diferentes países, vinculadas a los organismos de la industria mundial, política, técnica y comercial del vino. Vinieron de todo el mundo Francia, Portugal, Brasil, Inglaterra, entre otros.

El montaje de las mesas, la mantelería, la luz, el silencio, muy riguroso.  El equipo de servicio,  del club, fueron muy entrenados en todos los protocolos con mucha antelación.  Había un extra de calefacción para que los degustadores  no pasaran frio.  Y por supuesto, los tiempos y los descansos, todo cuidadosamente definido.    Las viñas fueron informadas y enviaban sus vinos. 

Por supuesto, como todo concurso, este es uno más, que tiene sus fans y sus detractores.   Pero al que no le gusta, no participa, así de simple.  Por lo demás es así en todos los concursos, libre elección.  Las viñas pueden decir, a este voy y a este no!

 

Las categorías eran:

Carmenere puro, con un mínimo de 85% en la mezcla. 

Ensamblaje Carmenere, con más de un 50% y menos de un 85% en la mezcla.

Mezcla con Carmenere, con menos de un 50% y más de un 15% en la mezcla

Con estas reglas ya definidas, las viñas podían comenzar a enviar sus vinos al concurso.  

La presidenta del concurso Cecilia Torres, enóloga con una vasta experiencia.  Hizo su labor de manera impecable, y en su discurso durante la premiación, dijo algo que me gustó mucho. 

“Han pasado recién 30años, hemos aprendido a entender la variedad, y no nos encontramos con un solo estilo de Carmenere.  Se encontraron diferentes terroirs, y diferentes estilos”. 

Eso habla muy bien de una industria que está como decimos en Chile, buscándole el lado a una variedad que no nos ha puesto las cosas fáciles.

Hace poco tiempo, decíamos que en Colchagua, sectores como Apalta o Los Lingues, eran ideales.  Pero hubo premios para un Carmenere de Limarí, uno de Colchagua más pegadito para la costa, y varios terroirs y bodegas inesperadas.  Eso me pareció maravilloso.

Hubo discursos, la presidenta actual de la ANIAE Manuela Astaburuaga, y la Vice Presidenta de la OIV Regina VanderLinde (BR).  Todo muy protocolar, en un Club de la Unión que se lució.

Y los vinos también.  Es lindo ver la evolución y la especialización de la industria y sobretodo el reconocimiento.  Hace 30años, no sabíamos que iba a pasar con esta variedad, no sabíamos ni siquiera que por error, la habíamos plantado en muchas partes en Chile.  Logramos enfrentar y decirle al mundo, si, nos equivocamos.  Pero logramos salir adelante de una manera increíble.  Y pese a todos los malos momentos, hay que rescatar lo valioso. 

Muchos dicen Carmenere, la cepa emblemática de Chile.  No me gusta entregarle toda la responsabilidad a una sola variedad.  Hay muchas otras variedades que nos están dando mucha satisfacción, no solo originarias de Francia, también de Italia, España, y quien sabe que vendrá en el futuro.  Pero lo que si les concedo, que la Carmenere es una diferenciación para Chile en su portfolio de vinos.  Nos hace diferentes. 

Mucho extranjero viene a probar Carmenere, pero después descubre nuestros valles y nuestros vinos. 

Es como, entregarle el éxito del turismo en Chile, a las Torres del Paine; y que pasa con el Norte, Valdivia, Puerto Varas, Valparaíso, Santiago…y miles de rincones, más,  maravillosos de nuestro país?

Les dejo ese pensamiento,

Buen fin de semana

Niki