LLEVA UN DESCORCHADOR? TIENE QUE SACARLO!

 

Siempre llevo un descorchador en mi cartera , pero cuando se me olvida sacarlo antes de subir al avión, significa despedirse de este. Lo que quizás para ustedes es algo relativamente extraño, para los que trabajamos en la industria del vino, ya se convirtió en parte de nuestros miles de embarques.  Botar y botar y botar descorchadores a la cajita acrílica de la DGAC, se ven claritos.

Todo comenzó en Septiembre del 2001, el fatídico 11/09, después del ataque a las Torres Gemelas, nuestro simple descorchador, se convirtió en un arma blanca.  Y siendo sinceros con ustedes, cuando el vino es bueno, yo pienso que es un “arma de cualquier color”.  En fin.

Nunca olvidaré que para ese Septiembre, como es normal en esa fecha, todos los comerciales de las viñas, queremos reventar las cifras de ventas, hice una promoción con un descorchador precioso, adosado a la botella.  En esa época, recién salían al mercado de miles de colores increíbles, y yo dije, aquí la hacemos!!!! Con un Cabernet Sauvignon Reserva, un empaque cuidado lindo!  Uno de los destinos de esta promoción era el Duty Free SCL…adivinen! Todos para afuera..!   Cuando llegué a la oficina del gerente de compras, me dijo ahí están sus descorchadores, una caja de  roñosa  con todos mis descorchadores naranjos preciosos, botados, todo el esfuerzo perdido.  Así no más.

Años después…Sigo olvidando esta  regla, y la persona que está en el scanner, me dice "Señora, tiene un descorchador?", ya ni siquiera contesto, solo pregunto donde está la caja.

Un modelo clásico es, este que parece una persona con dos brazos, ese ya como quedó en el pasado.  Existen los de dos tiempos, que es el clásico que usan los garzones en servicio, y definitivamente los mejores.  Tienen su espiral que por lo general es de teflón, y ojalá un buen cuchillo para cortar las cápsulas.

El corte de la cápsula, es complejo.  Hoy hay cápsulas de complex, que es una mezcla de estaño con pvc, que son difíciles de cortar; o también las que derechamente son de estaño y son muy duras.  A veces es normal que los dedos sufran.  Cuando llegue al corcho, intente que el espiral baje recto por el centro, y luego se ayuda con estos dos tiempos, el primero para subir el corcho y el segundo para sacarlo.  No meta ruido, eso no es lindo.

Si se le rompe el corcho, no lo empuje, vuelva con el espiral e intente hacer la misma operación, más lento y con más cuidado. 

Si nada de esto resulta y lo pilla la desesperación y empujó el corcho, recurra a un mini colador mientras decanta el vino y así lo vuelve a limpiar y todos volvemos a estar contentos.

Buen fin de semana

 

Niki