Que nombre le pondremos ?

En todo mi recorrido por la industria del vitivinícola, uno de los procesos más desgastantes y difíciles, es definir el nombre de un vino.  Es lo más parecido a lanzarse al vacío. Una cosa es que el nombre sea precioso, y otra cosa muy distinta, es que funcione y "venda".  Un proceso muy largo,  considerando que es un trabajo en un grupo humano, con egos, talentos, no talentos y emociones.

En Chile, categorías como Reserva Especial, Gran Reserva y  Reserva, no tienen el suficiente peso ni están suficientemente normadas, como para representar vinos de gran calidad.   El supermercadismo y venta al detalle,  abusaron de estos conceptos, en vinos económicos desde inicios de los 2000 a hoy, hasta reventarlos.

Cuando hablo de normado, les pongo el caso español.  Un tinto español etiquetado como Gran Reserva, por ley debe tener un mínimo  de  60 meses de guarda, entre crianza en barrica y guarda en botella, es decir mínimo 5 años desde su cosecha.   En nuestro caso, muchas veces nos topamos con tintos chilenos Gran Reserva año 2023.  Que diría hoy un español "Que pasó aquí , me faltan 3 años!"...et oui!

Debido a lo anterior, etiquetar con estas súper categorías de Reserva,  hace mucho que dejó de convencer al consumidor.  Es por esto que  hubo que echar mano a la creatividad y los equipos comerciales y de marketing de las viñas, tuvieron que detenerse a pensar cada cierto tiempo, y llevarse tarea a casa,  proponiendo nombres.  Listados y listados.  Pájaros, volcanes, constelaciones, objetos mapuches, composiciones geológicas, vientos, lagos, flora…ustedes nómbrenlos. Horas y horas destinadas a pensar, y sobre calentar las neuronas, hasta que salía. Sin mencionar los presupuestos destinados , es decir las "luquitas" que hubo que invertir en el nombre.

Si el nombre empieza  con A, va a estar siempre al principio de los listados.  Si se fijan muchos vinos empiezan con A.  Deben ser fáciles de pronunciar, al menos en español e inglés.  No más de dos sílabas, no letras raras, que no suene a algo pequeño, que no suene a algo negativo, que no suene a brujería  o a mala suerte….es agotador..

Por lo anterior, tenemos grandes vinos que solo tienen un buen nombre.  Y si ese vino además lo descorchó en buena compañía, y en un momento mágico, yo le aseguro que lo va a recordar siempre.  Porque un vino siempre va unido a un instante de su vida.

Buen fin de semana

Niki