Un entorno lindo

Vivir Bonito

Desde que tengo memoria, mi Mamá, siempre se preocupaba que la casa estuviera linda, no solo por dentro sino que además por fuera.  Vivíamos en Viña del Mar. Nuestra casa tenía este anillo de rosas maravillosas, y la puerta de entrada, estaba enmarcada en un arco de rosas.  Cada cierto tiempo, venía un especialista, muy conocido, de origen Suizo, que era como sacado de una película europea, guapísimo, y revisaba que todo estuviera en orden.  Yo era chica, pero según dicen todas las vecinas salían a mirarlo, era un espectáculo.

En el diario vivir en casa, también era así.  Poner la mesa, el mantel, las flores, todo era un arte que ella disfrutaba, sobre todo cuando venían invitados.

Es de lo que siempre me ha quedado grabado.  Y sigo siempre, intentando mantener mi entorno bonito.

 

En mi recorrido por la industria del vino, he incorporado a mis conocimientos de vino, el de los cristales.  El 2012, me metí de lleno.  Y no hay nada más frustrante que tomar un buen vino en una copa, que no esté a la altura.  Aprendí mucho, la materialidad, el brillo, la elaboración, modelos, tamaños, mucho.  No es necesario, una copa para cada tipo de vino.  Hoy todo es más simple, puedes tener incluso la misma copa para vinos y espumantes.  Está bien.  Los montajes de mesa más modernos, son una copa y un vaso, o copa sin pie, y listo, minimalista.  

Importante la diferencia entre el corte en frio y el corte en caliente.  Las copas sin borde, las más elegantes, son las de corte en frio, y …hacen  la diferencia, al momento de vivir la experiencia de un buen vino.  Incluso, me atrevo a decir, que a veces el vino no es tan “wow!”, pero en una linda copa, le perdonamos un poco.

Hace unos días, se lanzó el documental The Lost Grape, para el cual trabajamos durante dos años.  Y recuerdo, durante las filmaciones en Francia, arrendábamos casas, cerca de las locaciones.  El presupuesto era bastante acotado.  Comprábamos, en supermercados, o ferias locales, y yo era la elegida para comprar el vino.  Nunca me pasé de los 10 euros por botella.  Pero en cada casa que nos quedábamos, había copas, y vajilla linda.  Y después de extenuantes días de trabajo, entre todos, cocinábamos,  poníamos una mesa increíblemente linda, música, ese era nuestro regalo.  Varias veces, yo salía y recogía flores silvestres y decorábamos aún más el momento, vivíamos bonito.

No es necesario, un presupuesto inmenso, pero si actitud. 

Buen fin de semana,

Niki